El Regalo Más Precioso
La sangre de Jesús es el regalo más precioso que nuestro padre celestial le ha dado a su iglesia, pero pocos cristianos comprenden su valor.
Los cristianos suelen cantar sobre el poder de la sangre. De hecho, uno de los himnos evangélicos más conocidos pregona: “Hay poder, poder, sin igual poder en la sangre que él vertió”. Sin embargo, la mayoría de los creyentes rara vez entran en el poder de esa sangre, probablemente porque simplemente no comprendemos su gran significado. Por ejemplo, constantemente “aplicamos la sangre” como una especie de fórmula mística de protección, pero pocos cristianos pueden explicar su gran gloria y beneficios.
Si te preguntara qué significa el poder de la sangre, podrías responder: "Significa que todos mis pecados son perdonados y soy libre". Pero más allá del perdón, ¿qué significa para ti la sangre de Jesucristo? ¿Puedes explicarle a tu familia o a un amigo o colega el valor y el significado de la sangre de Jesús?
Permítanme compartir con ustedes los beneficios que fluyen de la sangre de Jesús.
1. La sangre de Jesús nos redime del pecado y del poder de las tinieblas. “En quien tenemos redención por su sangre” (Efesios 1:7). Ya no estamos bajo condenación.
2. La sangre de Jesús ha comprado toda la iglesia de Dios. “Apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20:28).
3. La sangre de Jesús derriba todos los muros. “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Efesios 2:13-14).
4. La sangre de Jesús nos santifica. “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).
5. La sangre de Cristo vence a Satanás. “Y ellos le han vencido [al diablo] por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos” (Apocalipsis 12:11).
6. La sangre nos da acceso al Lugar Santísimo y a nuestro Padre celestial. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Hebreos 10:19).
¡A través de la sangre de Jesús podemos acercarnos a nuestro padre celestial con confianza y sin temor!