El Sonido de Gozo de la Libertad

Cuando llegaba el año del jubileo, se cancelaban todas las deudas. Todos los arrendamientos y posesiones volvían al arrendatario original, lo que significaba que el agricultor recuperaría su tierra y su familia. (Lee Levítico 25.)

¿Puedes imaginar el gozo que hubo en Israel y Judá cuando sonaron las trompetas?

En ese momento, el día diez del séptimo mes, mientras el sumo sacerdote hacía la expiación, todos los siervos que habían sido vendidos como esclavos eran liberados. A todos los que habían perdido sus bienes se les devolvía todo. Las familias eran reunidas. Los hogares eran restaurados. Era un tiempo de libertad y liberación.

Durante el año del jubileo no se debía sembrar ni cosechar, sino dedicar el tiempo a regocijarse y alabar a Dios por su gracia, provisión y libertad.

Es necesario comprender que la libertad proclamada en el Jubileo no era una idea nebulosa basada únicamente en la fe. Era la ley del país. Todo lo que un deudor tenía que hacer para que se cumpliera la ley era atenerse a ella. Los levitas actuaban como vigilantes para que todos tuvieran la seguridad de que se haría justicia.

En ocasiones, un amo podría decirle a un siervo: “No te vas; sigues siendo mi siervo”. Ese siervo podría reírse en la cara de su amo y decirle: “Ambos sabemos lo que significa ese sonido de trompeta. Es el sonido de gozo de mi libertad. Ya no tienes derechos legales sobre mí. ¡Soy libre!”.

¡Cuánto esperaba y anhelaba la gente oír ese sonido de gozo! Significaba tener la libertad de decir: “Nada de mi pasado puede usarse en mi contra. He sido liberado y nadie puede robarme mi herencia”.

Sin embargo, la persona en servidumbre tenía que actuar para tomar posesión de su libertad. Podía bailar y gritar en la sinagoga todo lo que quisiera, gritando: “¡Soy libre! Todo ha sido restaurado”. Pero no podía disfrutar de nada de eso hasta que saliera y reclamara sus derechos.

¿Ves el significado de esto? La mayoría de los cristianos no han reclamado el Jubileo que Jesucristo les ha dado. Muchos piensan que el “sonido de gozo” de hoy es simplemente aplausos o danzas en un momento emotivo de alabanza, pero es mucho más. Dios nos llama a apropiarnos de la libertad, la paz y la gloria que nos él ha provisto a través del perdón de los pecados. ¡Debemos salir y reclamarlas!