El Testimonio del Espíritu
El Espíritu Santo mora en nosotros para revelar lo que es verdadero y lo que es falso. Él habla con una voz suave y apacible, en lo profundo del corazón. Muchos de nuestros santos antepasados creyeron en esta obra del Espíritu dentro de los creyentes. Predicaron mucho sobre "tener el testimonio". Ya no escucho que se predique mucho esta verdad. De hecho, ¡el testimonio del Espíritu es prácticamente inexistente en la mayoría de las iglesias de hoy!
Los creyentes necesitan el testimonio del Espíritu como nunca antes; y lo necesitaremos más y más en tanto se acerca el día del Señor. Satanás ha venido abiertamente como un ángel de luz para engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos de Dios (ver Mateo 24:23-25). Sus malvadas seducciones florecerán en forma de falsas doctrinas y falsos maestros.
Si te hundes en el pecado y no lo confiesas ni lo enfrentas, tu corazón te comenzará a alimentar con un flujo constante de mentiras. Oirás enseñanzas que te harán sentir cómodo en tu pecado. Pensarás: "Mi problema no es tan grave. No siento “convicción de pecado". Sin embargo, serás desviado por completo. Isaías habla de un pueblo que declaraba desear el verdadero consejo de Dios. Ellos decían: “Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!” (Isaías 5:19).
Estas personas tenían engaño en sus corazones y terminaron pervertidos en todos sus consejos. El pecado había pervertido su juicio. Como resultado, no podían discernir el mal. Lo santo y lo puro, lo llamaban injusto. Isaías dijo de ellos: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (Isaías 5:20).
Cuando tu paz se ve perturbada, puedes estar seguro de que el Espíritu Santo te está hablando. Cuando tu espíritu está turbado y hay temblor y confusión en tu interior, Dios te está diciendo que algo es falso. Sentirás su dolor y su ira. El testimonio interior del Espíritu opera sobre el "principio de paz". La paz de Dios es lo más grande que puedes tener.
Cuando se trata de que Dios te dé dirección, es decir, la voz suave y apacible que te dice qué hacer y adónde ir, no operará en una vasija inmunda. Deja que el Espíritu te hable para corregirte; él se ocupará del pecado en tu vida.