El Deleite del Padre
Hay dos lados en la obra de Cristo en el Calvario. Un lado es para el beneficio del hombre, y el otro lado es para el beneficio de Dios. Uno beneficia al pecador, mientras que el otro beneficia al Padre.
Todos estamos bien familiarizados con el beneficio en el lado humano. La cruz de Cristo nos ha provisto el perdón de nuestros pecados. Se nos dio el poder de la victoria sobre todas las ataduras y el dominio sobre el pecado. Estamos provistos de misericordia y gracia. Por supuesto, se nos dio la promesa de la vida eterna. La cruz nos ha dado los medios de escape de los terrores del pecado y el infierno.
Doy gracias a Dios por este beneficio de la cruz para la humanidad y por el maravilloso alivio que trae. Me regocijo de que se predique semana tras semana en iglesias de todo el mundo.
Sin embargo, hay otro beneficio de la cruz, uno del que sabemos muy poco. Éste es en beneficio del Padre. Entendemos muy poco acerca del deleite del Padre que fue posible gracias a la cruz. Es un deleite que él tiene cada vez que recibe a un hijo pródigo en su casa.
En mi opinión, la mayoría de los cristianos han aprendido a venir con confianza ante Dios en busca de perdón, provisión de necesidades y respuestas a la oración; pero les falta confianza en este aspecto de la fe, un aspecto que es igual de crucial en su caminar con el Señor.
Por eso dice la Escritura: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne… acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura” (Hebreos 10:19–20, 22).
Si solo nos enfocamos en el aspecto del perdón de la cruz, perdemos una verdad importante que Dios ha querido hacernos saber acerca de la cruz. Aquí se puede tener una comprensión más completa; y tiene que ver con su deleite. Esta verdad provee al pueblo de Dios mucho más que solo alivio. Trae libertad, descanso, paz y gozo.