Encontrando Respuestas en Bet-el
Jacob estaba nuevamente en crisis y no sabía qué hacer. La Biblia dice: “Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí… Entonces Jacob dijo… levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado” (Génesis 35:1-3).
Bet-el es un lugar al que podemos acudir en nuestro tiempo de angustia. La lección para Israel y para nosotros hoy es esta: siempre que Jacob estaba en problemas, sabía adónde ir y qué hacer.
Dios le estaba diciendo a Jacob: “Tú sabes dónde te hablaré, dónde oirás mi voz. Vuelve a Bet-el, al altar donde te encontré. Inclínate ante mí y limpia tu casa de idolatría”.
Jacob llamó a sus hijos para que sacaran todos sus ídolos y los enterró debajo de una encina. Luego llevó a su familia a Bet-el, donde construyó un altar ante Dios. Dios le aseguró nuevamente: “Yo estoy contigo” (ver Génesis 35:9-13). Las Escrituras dicen: “Y el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob” (Génesis 35:5). Las ciudades circundantes tenían miedo de Jacob y su pequeño clan judío porque Dios les había puesto temor.
El Señor sigue siendo el Dios de Bet-el. Él nos implora: “Anda a Betel y allí me encontraré contigo. Cada vez que estés en problemas o angustia, corre hacia el altar. Clama y quédate a solas conmigo”. Él está esperando que nos encontremos con él en el lugar secreto de oración.
Jacob sabía adónde ir para recibir una palabra clara del Señor. Se encerró con Dios en un lugar secreto. Yo creo que Dios nos habla, pero sucede en nuestro tiempo a solas con él.
Dios te está llamando hoy a que apartes los ojos de tus circunstancias. No juzgues nada por tu condición actual. No intentes resolverlo todo ni dejes que el miedo te deprima. ¡Dios se encontrará contigo en la oración!