La Escuela de Dios de Exámenes Sorpresa
En muchos sentidos, los discípulos que estaban con Jesús parecían experimentar situaciones locas sin previo aviso. En un caso, salieron en un bote y los golpeó una gran tormenta. “Y vinieron sus discípulos y le despertaron [a Jesús], diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:25-27). Casi parece como si esto surgiera repentinamente como una prueba para ellos.
¿Cuántos de nosotros experimentamos exámenes sorpresa en la escuela? Yo detestaba los exámenes sorpresa cuando niño. Yo era uno de esos muchachos que estudiaba para el parcial y el final. Sin embargo, las pruebas rápidas significaban que constantemente necesitaba mantenerme al día y saber lo que estaba sucediendo.
Piénsalo. Esos exámenes no eran revelaciones sobre el maestro o el material; eran revelaciones sobre nosotros. Si estábamos al día con las clases y conocíamos el material, esos exámenes lo demostraban. Si no lo estábamos, también lo demostraban.
El cristianismo no funciona en base a exámenes parcial y final. Funciona en base a exámenes sorpresa que aparecen abruptamente y revelan dónde estamos en nuestra relación con Dios. Suceden cosas salvajes y hoy, muchos cristianos no están preparados para eso más de lo que los discípulos estaban preparados para esa tormenta. Aquí viene la revelación. Jesús les dijo a sus discípulos que su mala reacción no era un asunto de temor; era un asunto de fe.
El viento y las olas, las cosas que causan tu temor, no son el problema. Cuando enfrentas grandes olas y poca fe, vas a tener un problema de temor. Si enfrentas grandes olas y gran fe, descansarás sabiendo que Dios está a cargo. Ahí es donde Dios quiere encontrarnos y ayudarnos. Entonces, cuando estés en un momento turbulento, abraza la vida de los exámenes sorpresa. Pídele a Dios que aumente la fe en tu corazón. Eso es lo que Dios nos está pidiendo que hagamos. Confía en él y crece en tu confianza en él.
Después de pastorear una congregación en el interior de Detroit durante 30 años, el pastor Tim sirvió en el Tabernáculo de Brooklyn en la ciudad de Nueva York por cinco años; y pastoreó en Lafayette, Luisiana por cinco años. Él fue nombrado pastor principal de la Iglesia Times Square en mayo de 2020.