El Tesoro Especial de Dios

David Wilkerson (1931-2011)

En Números 13 y 14, vemos que Israel había enviado doce espías para explorar la Tierra Prometida. Cuando estos espías regresaron después de cuarenta días, sembraron tres mentiras en los corazones del pueblo de Dios.

  1. “Hay demasiada gente en la tierra y son demasiado fuertes para nosotros”.
  2. “Las murallas de las ciudades son demasiado altas. Las fortalezas son inexpugnables”.
  3. “Hay gigantes en la tierra y no podemos hacerles frente. ¡Estamos indefensos!”

Estas mentiras desanimaron a Israel y el pueblo pasó una noche de desesperación. “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche” (Números 14:1). ¿Puedes imaginarte esta escena? Piensa en cómo debió haber sonado. Más de dos millones de personas lloraban, gemían, se lamentaban, enfocándose completamente en sus debilidades e incapacidades. Esos gemidos de incredulidad bombardearon el cielo.

Amado, observa detenidamente esa escena y quizás te veas en medio de ella. ¿Alguna vez has pasado una noche como esa, gimiendo y lamentándote por las mentiras demoníacas que fueron sembradas en tu espíritu? Es posible que hayas clamado a Dios: “Ya me harté; no puedo soportar más. Esta prueba es demasiado. Estas fortalezas en mí nunca cesarán. Nunca lo lograré. He perdido la batalla”.

El diablo lanza estas mismas tres mentiras a todo el pueblo de Dios: “Tus tentaciones son demasiado numerosas. Tus lujurias son demasiado abrumadoras. Tú eres demasiado débil para resistir los poderes que vienen contra ti”.

La palabra que Dios habló a Israel es para nosotros hoy: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra” (Éxodo 19:5).

Querido, recuerda esto: “Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra” (Deuteronomio 14:2).