Gran Misericordia Sin Fin

Gary Wilkerson

Hay una frase que los cristianos usamos a menudo para consolarnos unos a otros. Decimos: "Dios es soberano". Esto trae consuelo, pero ¿qué significa exactamente?

En general, pensamos que significa que Dios tiene el control. Incluso cuando soplan vientos feroces, nuestras vidas son un desastre y estamos llenos de miedo, podemos consolarnos sabiendo que todo estará bien. ¿Por qué? Porque Dios es más grande y más fuerte que el caos y la tormenta.

Hay más. Dios es tan multidimensional que no podríamos explorarlo por completo en diez vidas. Él no sólo tiene el control; su soberanía infunde toda la vida. La soberanía lo abarca todo, lo que significa que los atributos de Dios también lo abarcan todo. No es parcialmente misericordioso; él es todo misericordioso. Piénsalo. ¡Misericordia sin fin!

Si Dios no fuera soberano, sólo sería parcialmente santo, justo o misericordioso; pero él no es un Dios “a veces”. Él es absolutamente justo, misericordioso y santo. 

Me encanta cómo lo expresa el Diccionario Bíblico de Easton: “Dios tiene el derecho absoluto de hacer todas las cosas según su voluntad”. No está sujeto a los caprichos de nada ni de nadie. Ninguna fuente externa puede forzarle ni dictarle nada.

Por ejemplo, piensa en un momento en el que necesitaste la misericordia de Dios. Sentías que el mundo entero estaba en tu contra y pensaste: “Dios no estará de mi lado esta vez. No recibiré perdón ni misericordia. No hay vuelta atrás, no hay camino hacia la restauración para mí”. Sin embargo, ahí está él, el Dios de la gracia, abriéndote la puerta de par en par. ¡Sí! Él ya ha trazado un camino para tu futuro y, además, es brillante. ¡Tienes ante ti una vida rica y productiva, diseñada por Dios mismo!

Lamentaciones nos recuerda: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad(Lamentaciones 3:22-23). Generalmente se piensa que el profeta Jeremías escribió Lamentaciones. ¿Quién mejor que un hombre que conoció a Dios tan íntimamente para proclamar que el Dios a quien servimos derrama su misericordia sobre nosotros desde nuestro primer aliento hasta el último?

“Decide esto hoy en tu corazón”, dice el Señor. “Mi amor, misericordia, santidad, consejo, poder; todo lo que yo soy es completo y sin fin. Yo soy tuyo y tú eres mío. ¡Ven a mí!"