Hallando Victoria y Paz
Pablo escribió a la iglesia primitiva: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16). Este mandamiento de caminar en el Espíritu se les da a todos, no solo a unos pocos súper santos. Aquí hay tres pasos sobre cómo puede obtener este andar.
1. Debes procurar este andar con todo lo que hay en ti. Si eres salvo, ya se te ha dado el Espíritu Santo. Ahora pídele que se haga cargo y ríndete a él. Pídele que sea tu guía y amigo. Como mandan los evangelios: “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9).
Tienes que determinar en tu corazón que tú quieres que él te dirija. Moisés, hablando de los últimos días, dijo acerca de Dios: "Lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma" (Deuteronomio 4:29).
2. Enfócate en oír al Espíritu y deja de mirar tus problemas y tentaciones. Pablo y Silas se habrían revolcado en el miedo y la depresión si se hubieran concentrado en sus problemas. En cambio, se enfocaron en Dios, alabándolo y adorándolo. La mayoría de las veces, cuando vamos a orar, nos enfocamos en los fracasos pasados. Repetimos nuestras derrotas una y otra vez, diciendo: "Oh, cuánto podría haber avanzado si no le hubiera fallado a Dios y me hubiera equivocado en el pasado".
¡Olvídate de todo en tu pasado! Todo está bajo la sangre. Tampoco te preocupes por el futuro porque solo el Señor sabe lo que está por venir.
3. Dedica mucho tiempo de calidad a la comunión con el Espíritu Santo. Él no hablará con nadie que tenga prisa. Espera pacientemente. Busca al Señor y minístrale alabanzas. Toma autoridad sobre cualquier otra voz que te susurre pensamientos. Cree que el Espíritu es más grande que éstas y que no dejará que seas engañado ni cegado. Como dice la Escritura con osadía: “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).
Enfócate en el Espíritu Santo con toda tu mente y corazón, y hallarás victoria sobre el pecado y una paz de otro mundo.