Hallando Vida Abundante en Dios
¿Por qué tantos cristianos cuyas almas están eternamente seguras no logran experimentar la vida abundante que Dios ha prometido a quienes creen? Jesús nos prometió muchas cosas: perdón, reposo, refrigerio, consuelo, esperanza, fruto, amistad con Dios y vida eterna. Sin embargo, pocos creyentes los disfrutan plenamente. ¿Por qué?
Yo creo que es porque la mayoría de los cristianos no logran superar los ´Haz´y ´No hagas´del cristianismo, o convierten la salvación en una propuesta binaria. En el primer caso, se centran en las cosas equivocadas y, en el segundo, nunca llegan a comprender plenamente lo que Dios les ofrece. Ambos están basados en una mala teología.
Fui criado en un contexto religioso que se centraba casi exclusivamente en lo que no se debía hacer. Por temor a que la gente respondiera de manera inapropiada a la gracia, nunca la enseñaron. Como te puedes imaginar, este enfoque de la fe lleva al temor o, en mi caso, al rechazo total de la fe. No fue hasta que entendí que no había nada que pudiera hacer para separarme del amor de Dios que me sentí atraído por una relación vivificante con mi Padre Celestial que me llevó a disfrutar de todas las promesas mencionadas anteriormente.
Viví durante tantos años como si todo dependiera de mí. Gran parte de esto estaba relacionado con la pésima teología descrita anteriormente. Después de todo, la ortopraxis (acciones correctas) rara vez surge de una falta de ortodoxia (creencias correctas). Si no comprendes que Dios ha hecho y continúa haciendo por ti lo que tú no pudiste hacer por ti mismo, pasarás el resto de tu vida trabajando por algo que ya has logrado. Dios estableció un patrón para el reposo en la creación, y el escritor de Hebreos conecta el día de reposo con el reposo al que estamos llamados a entrar a través de la obra de Jesús en la cruz. “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
Muchos cristianos estadounidenses han asociado la vida abundante con el sueño americano en lugar de depender de la gracia y la provisión de Dios. Si bien estoy agradecido por la abundancia que experimentamos, la verdad es que probablemente lo que más hace es separarnos del gozo y el reposo que nos prometen, que proporcionarnos estas cosas.
Cuando empezamos a conocer verdaderamente a Dios y su gracia, comprendemos que no hay problema demasiado grande, ni dolor demasiado grande, ni necesidad que supere su capacidad de satisfacer.