Jesús Habla
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas” (Hebreos 1:1).
Dios habla. ¡Qué maravilloso debe haber sido oír a un poderoso profeta de Dios proclamar la verdad desde el cielo! ¡Qué asombroso oír la voz de un ángel pronunciar palabras de esperanza o de dirección en un momento de necesidad! ¡Qué sobrecogedor ver las palabras de Dios escritas en tablas de piedra! Cada una de estas palabras son las mismas palabras de Dios, inspiradas e infalibles.
Sin embargo, Dios ha hablado algo nuevo y mejor. Jesús se ha convertido en el portavoz celestial por excelencia, como un prisma que reúne muchas bandas de luz y las convierte en un solo haz puro.
Hay una manera mayor y mejor de que Dios nos hable: la del hombre Cristo Jesús, plenamente Dios y, sin embargo, humano. El Hijo de Dios vino a nosotros, nos habló y todavía nos habla.
Cuando se predica la palabra y un pecador es salvo, el Espíritu Santo hace que las palabras de Jesús cobren vida. Hay mucho que cumplir en la profecía, y será así por la palabra de su poder. No podemos restarle importancia a la necesidad de entender que Jesús habla, pero Hebreos 1:2 no dice que Jesús habla; dice, en tiempo pasado, “él ha hablado” y por su palabra hablada, “nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (2 Pedro 1:3).
Debemos tener cuidado de no correr detrás de palabras proféticas o angelicales; debemos correr detrás de las palabras de Jesús. Él ha hablado, y sus palabras son nuestra primera y principal fuente de vida. Hebreos 12:24 resume esto al decir que Jesús “habla mejor”. Al menos treinta veces en Hebreos, tenemos a Dios hablando del Hijo, acerca del Hijo o a través del Hijo.
¡Qué glorioso es que hoy tengamos un mediador en Cristo Jesús que nos habla a través de su palabra y del Espíritu! Jesús no sólo habla una palabra mejor, sino que, como quien la habla, también le da a la palabra su mayor gloria y autoridad.