Jesús Quiere lo Mejor

David Wilkerson (1931-2011)

Cómo debe romper el corazón del Señor cuando cuestionamos su capacidad y deseo de cuidarnos. La Biblia nos dice cómo el Señor cuidó meticulosamente de Rut. Ella prometió su amor a Jehová Dios y le dijo a Noemí, su suegra: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (Rut 1:16).
 
Dios amaba a Rut y le abrió todas las puertas. Ella era pobre y debía recolectar trigo en los campos, pero las Escrituras dicen: “Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz…” (Rut 2:3). Ahora, no hay una posibilidad en el mundo de que esto simplemente "sucediera". Era Dios obrando, y él sabía lo que era mejor para Rut.
 
Rut simplemente amaba y confiaba plenamente en el Señor; y él tenía un hombre piadoso preparado para ella como esposo. Booz vio a Rut en los campos e inmediatamente discernió: “Ella es diferente, muy diferente”. Su corazón fue capturado, y Rut y Booz se casaron.
 
¡Qué historia de amor, guiada por la propia mano de Dios! Si él hizo eso por Rut, ¿no hará lo mismo por su propia novia en cada circunstancia?
 
Tenemos a alguien que es más rico y poderoso que Booz. Él posee ganado en mil colinas. Él sabe todo y puede hacer todo, y ama a su novia. Sí, el Señor trabaja todo en tu vida para tu mejor momento, y él se complace en hacerlo. Lamentablemente, a menudo no descansamos en eso. Dudamos que esté obrando en todo momento, resolviendo todo para nuestro bien.
 
Amado, nada le rompe más el corazón. Pablo describe a la novia de Cristo como “una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante” (Efesios 5:27). “Arrugas” aquí significa “fruncir”, como en la cara de uno, una ceja fruncida. Esto habla de preocupación y inquietud, y Pablo dice que la novia de Jesús no tendrá “líneas de preocupación” en su rostro.
 
La novia de Cristo descansa en su amor. Ella confía en que él sabe dónde está ella, cómo se siente, lo que está pasando y qué es lo mejor para ella. Su amor le trae paz y calma. Ella sabe que no permitirá nada que la separe de él o la lastime. Él la va a preservar porque dijo: “¡Eres mía!”