La Oración de Jesús por Nosotros
Juan 17 trata sobre las oraciones de Jesús por sus discípulos y su pueblo, por aquellos que lo siguieron y creyeron en él. Sin embargo, Jesús oró no sólo por sus seguidores, sino “…por los que han de creer en mí por la palabra de ellos [la de los discípulos]” (Juan 17:20).
¡Qué verdad tan poderosa! La frase de Jesús “los que han de creer en mí” nos incluye a ti y a mí. Jesús estaba orando por nosotros cuando caminó por esta tierra en la carne. Hace siglos, estábamos en su mente. Incluso registró esta oración en su Palabra, sabiendo que la leeríamos. Él quiere que sepamos que él estaba intercediendo por nosotros ante el Padre.
Amados, esta oración que Jesús hizo por nosotros no se desvaneció en el aire. Ha estado ardiendo en el altar de Dios todo este tiempo, y Dios ha aceptado la oración de Jesús por cada uno de nosotros. Nuestra salvación es el resultado de sus oraciones. Estamos en él hoy porque Dios respondió su oración por nosotros.
“Mas este, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:24-25).
En este momento, Jesús está orando por los transgresores que aún no se han vuelto a él. Las Escrituras dicen que él puede salvar perpetuamente, es decir, hasta el fin de los tiempos, a todos los que alguna vez vengan a él.
A lo largo de mis años en el ministerio, he visto a muchos drogadictos y alcohólicos salvarse gloriosamente. Cada vez pensaba: “Éste debió tener una madre que oraba o una abuela intercediendo en algún lugar del pasado. Dios está respondiendo las oraciones de esos santos guerreros”.
Ahora veo algo mejor que eso, algo mucho más poderoso y eficaz. No era sólo una madre o un abuelo quienes oraban por aquellos que ahora creen. Jesús estuvo orando por ellos todo el tiempo. “Ruego por ellos… que han de creer en mí por la palabra de ellos [la de los discípulos]” (Juan 17:9, 20).
Si has estado huyendo del Señor, nunca te alejarás de sus oraciones. El Padre responde a su Hijo, y todos los que le resisten están endureciendo sus corazones a las oraciones de Cristo que oró por ellos en la tierra y todavía ora por ellos.