La Esperanza de la Restauración
Los días de los gentiles casi han acabado. Dios nos ha dado muchas advertencias de que el Espíritu no contenderá para siempre con los rebeldes. Pero antes de que esta generación caiga bajo la retribución del Dios todopoderoso, se profetiza una gran restauración.
“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros” (Joel 2:25).
El salmista David dijo que los justos “serán como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto… y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmos 1:3). Sin embargo, esa promesa es solo para aquellos que rehúsan andar en el camino de los pecadores y son estudiantes devotos de la Palabra de Dios. “no así los malos”, dijo David (v. 4). Se vuelven débiles y marchitos, arrastrados por todo viento de doctrina. Los que hacen concesiones son como árboles secos, enfermos y corrompidos con toda clase de gusanos.
Esta es una imagen de muchos cristianos profesantes en la casa de Dios hoy. Descuidan su lectura de la Biblia; están muy ocupados como para orar y edificarse en la fe; hacen amistad con los impíos y se sientan entre los escarnecedores. Un ejército de gusanos ha estado devorando las vidas de estos cristianos alejados. Por fuera parecen árboles plantados junto al agua, pero por dentro están corrompidos, débiles y enfermos. Se están secando espiritualmente y ya no dan fruto. El pecado está devorando profundamente a aquellos que se han desviado de la presencia de Dios.
Dios nos ha dicho cómo va a llevar a cabo esta gran restauración. Primero, derramará su Espíritu Santo de manera abundante que devolverá la salud y la fuerza a todos los árboles de su bosque. El gusano del pecado comenzará a perder su poder cuando el pueblo de Dios regrese a la lectura de la Biblia. Una poderosa revelación del nuevo pacto del Señor hará que el pueblo de Dios sea tan osado como leones. ¡Sí, créelo! Un avivamiento de fuerza espiritual y salud divina se derramará desde lo alto.