La Hora del Aislamiento
Yo sé lo que es enfrentar el silencio divino, no escuchar la voz de Dios por un tiempo. He atravesado períodos de total confusión sin dirección aparente, la pequeña y quieta voz detrás de mí completamente en silencio. Hubo momentos en los que no tenía ningún amigo cerca que pudiera satisfacer mi corazón con un consejo. Todos mis patrones de orientación de antes habían salido mal y me quedé en la oscuridad total. No podía ver mi camino y cometía error tras error. Muy a menudo, quería gritar con desesperación: “Oh Dios, ¿qué ha sucedido? ¡No sé qué camino tomar!"
¿Dios realmente esconde su rostro de aquellos a quienes ama? ¿Es posible que él levante su mano por un corto tiempo para enseñarnos confianza y dependencia?
La Biblia responde claramente: “Dios lo dejó [a Ezequías], para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón” (2 Crónicas 32:31). Podemos suponer que tenemos un corazón puro, pero cualquier problema de confiar o albergar pecados será revelado rápidamente mientras luchamos con el silencio de Dios.
Es posible que tú estés pasando por un diluvio de pruebas en este momento. Sabes de lo que estoy hablando cuando digo que los cielos son como bronce. Sabes todo sobre los fracasos repetidos. Has esperado y esperado respuestas a tus oraciones. Te han servido una copa de aflicción. Nada ni nadie puede tocar esa abrumadora necesidad en tu corazón.
¡Ese es el momento de tomar tu posición! No tienes que ser capaz de reír o regocijarte, porque es posible que no tengas ninguna felicidad en este momento. De hecho, es posible que no tengas más que confusión en tu alma, pero puedes saber que Dios todavía está contigo, porque las Escrituras dicen: "Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre" (Salmos 29:10).
Pronto escucharás su voz. No te emociones. No entres en pánico. Solo mantén tus ojos en el Señor. Encomienda todas las cosas a tu Padre celestial. Tendrás la seguridad de que sigues siendo el objeto de su increíble amor.