Yo creo que la visión de Dios para su iglesia de los últimos días se basa en su Palabra revelada. La Biblia describe claramente cómo será la iglesia de Jesucristo justo antes de su regreso.
La iglesia en Estados Unidos está lejos de lo que Dios imaginó que fuera. En la actualidad, en su mayor parte, denominaciones enteras operan sin el Espíritu Santo. Están privados de la presencia de Jesús y carentes de dones espirituales. Practican una forma de religión sin ningún poder, convicción o mensaje salvador. Se sienten cómodos con el mundo y son más políticos que espirituales. Apaciguan el pecado y ridiculizan lo sobrenatural sin enseñar sobre el cielo, el infierno, el arrepentimiento y el juicio.
Los creyentes del Nuevo Testamento hacían temblar a los demonios. Oraban para que se abrieran las puertas de la prisión y hacían que los gobernantes se estremecieran de miedo. Creían en lo sobrenatural; abrían los ojos de los ciegos, abrían los oídos de los sordos y sanaban toda clase de enfermedades. ¡Incluso resucitaban a los muertos!
Yo creo que la iglesia de Dios de los últimos días será incluso mayor que la iglesia del primer siglo. Será más fuerte con un mayor entendimiento de Jesús. Dios siempre guarda su mejor vino para el final. El profeta Daniel lo confirma. Él dijo que ciertas verdades proféticas estaban bajo llave, sólo para ser reveladas en los últimos días. “Pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin… y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán” (Daniel 12:9-10).
Hoy el Espíritu Santo está revelando estas cosas a los creyentes espirituales y con discernimiento. “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2:9-10).
El Señor está preparando un humilde pero poderoso ejército de pastores conforme a su propio corazón y una iglesia de ovejas hambrientas que se han alejado de la muerte y el pecado de la iglesia moderna. Se está preparando el escenario para esa iglesia que será caliente, no tibia; y sacudirá los mismos cimientos del infierno. Ningún poder en la tierra podrá ignorarlo o despreciarlo.