La Oscuridad No Puede Detener la Luz
Cuando comencé este ministerio, hablaba en iglesias de todo Estados Unidos, advirtiendo sobre la avalancha moral que se avecinaba. Le dije a la gente en Iowa, Oklahoma y todos los estados del sur que las drogas afectarían incluso a las aldeas más pequeñas. Los traficantes aparecerían en las escuelas y en los patios de recreo, no sólo en los callejones oscuros. Advertí sobre la homosexualidad flagrante con desfiles de desnudos que se llevarían a cabo en nuestras ciudades, y profeticé que la desnudez y los actos sexuales se transmitirían en las horas de máxima audiencia de la televisión.
Mucha gente que me escuchaba predicar pensaba que yo había venido de Marte. Los pastores me reprendían y cristianos sinceros venían a mí y me decían: “¡De ninguna manera! Dios nunca permitirá que eso suceda en Estados Unidos”. Hoy, algunas de esas personas son abuelos. Se sientan frente a sus televisores viendo las películas con clasificación R que yo profeticé y sus nietos son adictos a las drogas y al alcohol. La oscuridad de la que advertí ha llegado. ¿Te imaginas lo oscuro que será dentro de décadas si el Señor retarda su venida?
Parece que la oscuridad ciertamente será impenetrable. Sin embargo, yo pregunto: “Al ver que la oscuridad se profundiza por todos lados, ¿crees que excederá la luz del evangelio? ¿Tienes miedo de que la oscuridad lo apague?”
El pueblo de Dios nunca debe dejarse intimidar por la oscuridad y la furia del enemigo. La Biblia dice que Jesús resucitará y brillará en la oscuridad sin importar cuán oscuro se vuelva el mundo. “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isaías 9:2).
Vivimos en una época de muerte y oscuridad generalizadas, pero Dios dice que en esos tiempos él hará brillar su luz con más intensidad. “Y guiaré a los ciegos por camino que no sabían, les haré andar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los desampararé” (Isaías 42:16).
¡Ninguna oscuridad detendrá jamás la luz de Dios! Así que aparta tus ojos de la oscuridad, del pecado, de la furia de la gente violenta, y cree en el Señor por el estallido de su luz brillante y efusiva.