La Parábola de la Preparación
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:24-27).
Jesús está diciendo que sólo las cosas establecidas sobre cimientos de roca resistirán la tormenta que se avecina. Un hombre construyó su casa sobre una roca “…y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:25).
Los constructores de estas casas representan dos clases de cristianos de estos últimos días: los sabios y los insensatos. Construyeron dos tipos diferentes de casas y tuvieron dos experiencias muy diferentes cuando llegó la tormenta.
Por un lado, es alentador saber que habrá un cuerpo de creyentes que no caerá. Podrán resistir cada embate que salga del infierno cuando las tormentas azoten. Jesús quiere que sepamos por esta parábola que una persona que construye su casa sobre una roca sobrevivirá a todo lo que viene.
Tristemente, habrá otro grupo de cristianos, personas de quienes Jesús dice: “Su caída será grande”. Esto significa un colapso total, completo y devastador de todo.
En este punto, quizás te preguntes: “¿Qué significa exactamente ‘edificar una casa’?” Es importante saber que la casa de la que Jesús habla aquí es nuestro caminar con él. Estamos construyendo una base para conocer a Cristo, para comprender sus caminos. Estamos incorporando a nuestra fe ciertas características que determinarán cómo reaccionamos bajo presión.