La Promesa de Provisión
Levítico 25 explica la historia de la fiesta judía del Jubileo. Esta celebración comienza con el mandato del Señor de que Israel permita que la tierra repose del cultivo cada séptimo año.
El séptimo año era un año sabático en el que la tierra permanecería en barbecho. Durante ese año, al pueblo no se le permitía plantar, ni recoger frutos ni cosechar. “Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña” (Levítico 25:3-4).
Dios estaba literalmente suspendiendo toda actividad agrícola durante un año entero. Eso significaba que Israel tendría que vivir durante ese período sin ningún medio visible de sustento. Tendrían que poner sus vidas completamente en manos de Dios, confiando en Él para todos los suministros.
Por supuesto, esto requería mucha fe. Durante un año entero no habría cosecha de cereales para alimentar al ganado, ni trabajo para los agricultores ni mano de obra para los viñadores.
La mayoría de los cristianos de hoy entrarían en pánico después de sólo una semana de esto, y mucho menos de un año. De hecho, los israelitas se preguntaban: “¿Qué haremos para conseguir comida durante el séptimo año? Lo consumiremos todo en el sexto año, justo antes del año sabático. ¿Acaso debemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros hijos pasan hambre?”
Sin embargo, Dios tenía un propósito claro al ordenar un año sabático para la tierra. Él tenía el propósito de revelar su fidelidad a su pueblo. “Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años” (Levítico 25:20-21). Dios le garantizó a Israel una triple cosecha. “Si tan solo das un paso de fe y confías en mí, te daré una cosecha durante el sexto año que te proveerá suficiente provisión para tres años”. ¡Qué promesa increíble!
Yo creo que el Señor está diciendo algo importante aquí. No importan nuestras circunstancias, Él siempre provee para quienes confían en Él y le obedecen.
