La Verdad sobre Ser Pioneros
Amo las montañas. Me encanta mirarlas, caminar sobre ellas, conducir a través de ellas, tomarles fotografías... bueno, ya entiendes el punto. Me encantan en otoño, cuando los álamos son de color amarillo fuego. Los amo en invierno cuando están cubiertos de nieve. Me encantan en primavera, cuando son tan verdes como el césped de un suburbio del sur. Me encantan en verano cuando los prados están llenos de flores silvestres. Por si no lo he quedado claro, me encanta la montaña.
Puedo caminar hasta mi terraza trasera y mirar “Pikes Peak”, también llamada “la montaña de Estados Unidos”. Mirarla nunca pasa de moda. Cuando conduzco a casa después de visitar a mi familia en Missouri, puedo ver la cima de la montaña desde 100 kilómetros de distancia en un día despejado. Esa visión despierta sentimientos cálidos en mi corazón, pero estoy seguro de que no fue lo mismo para aquellos primeros pioneros. ¿Por qué? Porque su perspectiva era muy diferente a la mía.
Lo que yo considero mi hogar, ellos lo consideraban un terrible obstáculo para su futuro. Después de todo, la gente moría intentando cruzar esas montañas. Ellos habían hecho planes para una vida al otro lado de esas montañas, pero en los primeros días no había caminos. A medida que más y más personas hacían el viaje a California, atravesar las Montañas Rocosas se hacía más fácil.
Hoy en día, con un coche decente y condiciones que no sean una tormenta de nieve, puedes llegar de un lado a otro de las montañas en poco más de dos horas.
A menudo escucho a quienes están en el ministerio cristiano hablar sobre ser pioneros. Aplaudo sus corazones por hacer seguidores de Jesús en todas partes, pero debemos recordar que hay pocos lugares a los que iremos hoy donde alguien no haya ido ya. Como mencioné, me encanta caminar por las montañas y algunos de esos senderos son difíciles… pero son senderos. La existencia de un sendero indica que alguien estuvo allí antes que tú, y fue más difícil para ellos que para mí.
Entonces, si bien es bueno para nosotros pensar en ser pioneros en el ministerio, tengamos la humildad de recordar que, si bien la versión moderna de esa actividad puede ser difícil, hubo un momento en que era mucho más desafiante. Recuerda que el mismo Señor que los sostuvo a ellos nos sustentará a nosotros si nos mantenemos humildes y dependientes.