Las Buenas Nuevas de Jesús
En el evangelio de Lucas, Juan el Bautista describe lo que sucederá cuando llegue el evangelio: “Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Lucas 3:15-16).
Juan el Bautista tuvo más revelación y comprensión del evangelio que cualquiera de los profetas del Antiguo Testamento, y predijo que cuando este evangelio llegara, sería un evangelio del Espíritu Santo con fuego.
Jesús vino con su fuego y dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4:18). Ese es el evangelio, y Jesús desea llevarlo a los pobres y a quienes no lo tienen.
“Me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19).
El año de la gracia del Señor se conoce como el año del Jubileo. Según la ley del Antiguo Testamento, cada 70 años se liberaba a los esclavos y se cancelaban todas las deudas. Era un año de perdón, un año de Jubileo. La gente anhelaba que llegara este año, y ahora Jesús está diciendo que el evangelio ha llegado y está proclamando el año del favor del Señor.
¿Saben qué es el evangelio? ¡Es el Jubileo! ¡Es la liberación de los cautivos! El evangelio proclama que este es el año del favor del Señor. El evangelio proclama las buenas nuevas de que Cristo ha venido. El Mesías está aquí y el mundo ha sido trastornado. Amigos, de eso se trata el evangelio. ¡Es la buena noticia de Jesús para nuestro mundo!