Liberación de la Idolatría
“Y llevarán ambos el castigo de su maldad; como la maldad del que consultare, así será la maldad del profeta, para que la casa de Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se contamine más en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea por Dios” (Ezequiel 14:10-11).
Dios nos está diciendo en términos tiernos: “Voy a hacer todo lo que sea necesario para alejarlos de sus ídolos contaminados. No los dejaré caer en el engaño y la destrucción. Voy a atraerlos de nuevo hacia mí; pero si eso no funciona, tendré que castigarlos”.
“Y os consolarán cuando veáis su camino y sus obras; y conoceréis que nada de lo que he hecho en ello sin causa he hecho” (Ezequiel 14:23). El Señor está diciendo: “Sabrás que mis tratos fuertes contigo tienen una razón. Simplemente no te dejaré ir”.
¿Tienes en tu corazón una piedra de tropiezo de iniquidad? ¿Estás engañado por una atadura que podría destruirte? Si es así y este mensaje te trae convicción, hay esperanza para ti.
No importa cuál sea tu ídolo: la codicia, el pecado sexual, la pornografía, el alcohol, las drogas, la amargura o la falta de perdón. Pídele a Dios que te abra los ojos a tu pecado y búscalo para que te revele sobre él. Pídele al Espíritu Santo que te infunda temor de Dios y que ablande tu corazón ante su voz de convicción. Debes odiar tu pecado y estar decidido a no hacer las paces con él.
Clama a Él ahora: “Señor, no me dejes ciego. Si hay algún engaño en mí, expúlsalo. No quiero creer más mentiras. Solo quiero oír tu voz y que tu poder y autoridad gobiernen mi vida”. Hay liberación para ti si realmente la deseas. Un día, pronto, te darás cuenta de que ya no eres un esclavo, sino un hijo de Dios liberado por la verdad.