Libre y Victorioso
¿Cómo podemos liberarnos de la esclavitud y el cautiverio? ¿Cómo podemos permanecer en victoria? ¿Cómo podemos caminar en un flujo constante de no tener que regresar a las cosas que una vez nos plagaron? No estoy hablando necesariamente del pecado, sino del bagaje emocional con el que quizás hayamos crecido y que causa ciertos patrones de vida. Por ejemplo, algunos pueden haber experimentado una serie de decepciones contra las que deben luchar.
¿Hay alguna manera no solo de liberarnos, sino de permanecer libres? ¿Hay alguna manera de obtener la victoria? ¿Hay alguna manera de que encontremos una victoria gloriosa, vencedora, sostenida, poderosa y para toda la vida en Jesucristo?
Tal vez pienses que se necesitarán diez años de consejería para alcanzar la victoria o veinte años para que se produzca el proceso de maduración, pero Jesús puede intervenir y liberarte instantáneamente. Él no solo te liberará, sino que te mantendrá caminando en esa libertad.
Cuando Nehemías fue a Jerusalén para supervisar la reconstrucción de los muros, todos parecían pensar que iba a ser un proceso largo. Las personas que acompañaban a Nehemías no tenían muchos recursos, pero se pusieron manos a la obra. Tenían pasión en el alma por las cosas de Dios, y reconstruyeron los muros de la ciudad en solo cincuenta y dos días. Necesitamos tener esa misma pasión y mentalidad que dice: “No se trata de mí; se trata de Jesús. No se trata de mis propósitos, planes y ambiciones, sino de Él”.
La Escritura nos recuerda: “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Amigo, fija tu mirada en Jesús, y él te afirmará y te hará prosperar. Él te levantará y te liberará de patrones de vida que te plagan. Él te permitirá permanecer libre y victorioso en las cosas de Dios.