Lidia fue una de las primeras convertidas en Macedonia. ¡Una de las primeras iglesias fue acogidapor una exitosa mujer de negocios! Cuando Pablo y otros estaban evangelizando por primera vez en esta ciudad, las Escrituras nos dicen: “Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos” (Hechos 16:14-15).
Como mujer de negocios, Lidia fácilmente podría haber llenado la iglesia con socios comerciales. En cambio, claramente hizo lugar para todos en esta iglesia porque luego se nos dice que la iglesia macedonia era una de las iglesias menos ricas. También se describe como una de las más generosas.
“Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas” (2 Corintios 8:1-3).
Presumiblemente, Lidia todavía era una parte importante de esta iglesia, y sus virtudes le hablan al entorno en el que ella debe haber jugado un papel fundamental en la orquestación. Al examinar su historia de conversión y la iglesia en la que era líder, debemos preguntarnos: “¿De qué manera estoy construyendo espacios donde todos se sientan bienvenidos, independientemente de su origen o condición socioeconómica? ¿Cómo estoy encontrando activamente formas para que las personas de diversos trasfondos crezcan en Cristo?”
Una comunidad segura que se preocupa por sus miembros y los guía hacia la madurez también ayudará a que crezca la generosidad. ¡Que podamos convertirnos en el tipo de líderes que fomentan este tipo de espíritu apasionado y generoso en otros creyentes!