Las Misericordias del Señor

David Wilkerson (1931-2011)

En el antiguo Israel, el arca del pacto representaba la misericordia del Señor, una verdad poderosa que llegó a encarnarse en Cristo. Debemos recibir su misericordia, confiar en la sangre salvadora de su misericordia y ser salvos eternamente. Tú puedes ridiculizar la ley. Puedes burlarte de la santidad. Puedes derribar todo lo que hable de Dios. Sin embargo, cuando te burlas o ridiculizas la misericordia de Dios, el juicio llega rápidamente. Si pisoteas su sangre de misericordia, te enfrentas a su terrible ira.

Eso es exactamente lo que les pasó a los filisteos cuando robaron el arca. Destrucción mortal cayó sobre ellos hasta que tuvieron que admitir: “Esto no es solo una casualidad. La mano de Dios está claramente en nuestra contra”. Considera lo que pasó cuando el arca fue llevada al templo pagano de Dagón para burlarse y desafiar al Dios de Israel. En medio de la noche, el propiciatorio del arca se convirtió en una vara de juicio. Al día siguiente, el ídolo Dagón fue hallado caído de bruces ante el arca, con la cabeza y las manos cortadas (ver 1 Samuel 5:2-5).

Amados, aquí es donde Estados Unidos debería estar hoy. Deberíamos haber sido juzgados hace mucho tiempo. A todos los que se burlan y desafían la misericordia de Dios les digo: “Adelante. Intenta todo lo que quieras para poner a la iglesia de Cristo bajo el poder del secularismo o el agnosticismo. Si te burlas de la misericordia de Cristo, Dios echará por tierra todo tu poder y autoridad”. Jeremías dice: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias” (Lamentaciones 3:22). Cuando los hombres se burlan de esa gran misericordia que es Cristo, el juicio es seguro.

Es sólo la misericordia del Señor que retrasa el juicio. Ahora mismo, Estados Unidos se está beneficiando de esa misericordia. Increíblemente, nuestro país está en una carrera con el resto del mundo para sacar a Dios y Cristo de la sociedad. Las misericordias del Señor son para siempre y él ama a esta nación. Creo que por eso, él sigue derramando bendiciones sobre nosotros. Su deseo es que la bondad nos lleve al arrepentimiento (ver Romanos 2:4).

No debemos desesperarnos por la condición actual en América. Nos afligimos por la terrible corrupción, la burla y el pecado, pero tenemos esperanza, sabiendo que Dios tiene el control total. Sabemos que las misericordias de Dios son para siempre.