Nacimiento del Remanente de los Últimos Días

David Wilkerson (1931-2011)

El profeta Samuel es un tipo de la generación santa de hoy, un cuerpo preparado de creyentes que se levanta de las ruinas de la vieja y decadente iglesia.
 
Ana, la madre de Samuel, dio a luz a su hijo entre lágrimas amargas y mucha oración. “Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” (1 Samuel 1:10).
 
Esta es la escena: Ana estaba en el templo todos los días, de rodillas ante el altar, aplastada y quebrantada porque no tenía hijos. Mientras lloraba, su enemiga (la otra esposa de su marido) se burlaba de ella. “Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos” (1 Samuel 1:6). Hay tres cosas importantes a tener en cuenta en este pasaje.
• La generación que representa Samuel nace en el dolor y la intercesión.
• Los que oran serán provocados por los adversarios.
• Dios siempre será mal entendido.
 
Observa lo que hizo Ana. “Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino” (1 Samuel 1:12-14). Elí y sus hijos representan la iglesia corrupta y moribunda que ha abandonado el camino del Señor. Elí estaba tan muerto en su espíritu que pensó que Ana estaba borracha.
 
Ana estaba llena de dolor y deseo de tener un hijo, y todo lo que podía hacer era mover sus labios y gemir en el Espíritu. Ella oró: “Si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva… sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida” (1 Samuel 1:11).
 
Aquí hay dos marcas distintivas de esta santa generación: oran con pasión y se entregan a la oración todos los días. Al igual que Ana, su prioridad es buscar el rostro de Dios.
 
Dios quiere que puedas tocarlo y oírlo como lo hizo Ana. Él quiere darte un ministerio para otros que vendrán a ti con sus cargas y pruebas. ¡Mientras tú oras, su Palabra saldrá a la luz!