No Ofendidos por la Cruz
Mateo nos dice que Cristo quería dar a sus discípulos un profundo sermón ilustrado. Él llamó a un niño pequeño y lo tomó en sus brazos. Entonces les dijo: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe” (Mateo 18:3-5).
En estos versículos, Jesús establece el tipo de relación que él desea con su pueblo. Cristo les estaba diciendo a estos hombres: “Miren a este niño. Esta es mi futura iglesia. Este joven representa a cada nuevo creyente que vendrá a mí con la fe de un niño. Debes alejarte rápidamente de tus pensamientos sobre cómo volverte especial en mi reino a través de tus propias obras”.
A continuación, Jesús pidió a sus discípulos que se humillaran. Él les estaba diciendo: “Estoy edificando mi iglesia sobre ustedes. Si quieren ser parte de ella, deben volverse tan humildes como este niño pequeño que tengo en mis brazos”. Creo que nos está pidiendo dos cosas: el repudio de toda autodependencia y una devoción sin complicaciones. Estos rasgos nos caracterizarán como verdaderos siervos del reino.
Cristo también les dijo a sus discípulos muy directamente: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” (Mateo 18:6-7).
Jesús estaba expresando su ira hacia aquellos que enseñan que la cruz no es suficiente para salvar. Él estaba advirtiendo a sus propios discípulos que no se ofendieran con la cruz.
Del mismo modo, Jesús le está diciendo a la iglesia hoy: “¡Ay de cualquier maestro o testigo que ponga tropiezo a cualquiera de estos creyentes bebés! Ellos vienen a mí con fe sencilla y arrepentimiento. Invocarás mi ira si los ofendes diciendo: Jesús no es suficiente. Si realmente quieres ser salvo, debes hacer más. Estas son las doctrinas y pautas específicas de nuestra iglesia” Todos debemos aceptar el hecho de que solo Cristo es el pago total por nuestros pecados.