Plenamente Convencidos de la Promesa
Dios le dio al profeta Jeremías una revelación de su nombre “Jehová Tsidkenu” en un tiempo de crisis similar al que enfrentamos hoy. “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA” (Jeremías 23:5–6).
¿Qué significa esto para nosotros, en términos prácticos? ¿Cuál es esta justicia de la que él es Señor, y cómo debemos conocer y entender a Jesús en este papel?
Pablo nos da una idea de la definición de justicia de Dios en varios pasajes.
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• “Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia” (Romanos 4:3).
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• “¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia” (Romanos 4:9).
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• Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia” (Gálatas 3:5-6).
Cada uno de estos versículos se refiere a una cosa que Abraham hizo para alcanzar la verdadera justicia: él creyó.
Finalmente, Pablo provee la definición de justicia según el Señor. “[Abraham] tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia.” (Romanos 4:20–22).
La Biblia no podría hacer este asunto más claro. La justicia es creer en las promesas de Dios, estando plenamente persuadidos de que él cumplirá su palabra.