Preciosos Ante sus Ojos
Siempre les he dicho a mis hijos: “Cuando estés en necesidad, cuando estés sufriendo, solo llámame. ¡Voy a estar allí! ¡No me importa dónde esté, vendré!” Si yo como padre terrenal amo tanto a mis hijos, piensen cuánto más se preocupa nuestro Padre celestial. ¿No responderá cuando lo llamemos?
La Palabra de Dios dice: “Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos” (Salmos 72:12-14).
Es crucial para nuestro Padre celestial que cada uno de sus hijos, su creación, sepa esto. “Todos ustedes que son pobres, están en extrema necesidad y están sufriendo ataques del enemigo, tu sangre es preciosa para mí. ¡Todo lo que tienes que hacer es clamar y te libraré!”. El Salmo 34 es un hermoso relato de David sobre el tierno cuidado de Dios hacia él en tiempos desesperadamente difíciles. Él lo resume en el versículo 6: “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias” (Salmos 34:6).
No tienes que saber muchos términos religiosos. Lo único que debes saber es que no importa lo que hayas hecho, por lo que estés pasando o cuán malvado hayas sido, siempre serás precioso a sus ojos. Cristo dijo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
¿Por qué está llamando? Porque tu vida no tiene precio, y él no te dejará ir. Él no viene a empujarte, pero una y otra vez vendrá y te hablará al corazón. "Clama a mí ahora en tu necesidad", susurra él.
Es posible que hayas estado en iglesias donde la gente te condenó y menospreció. Todo lo que hicieron fue juzgarte por tu aspecto exterior. Dios nunca hace eso. Él ve tu potencial. Él te dará gozo y belleza en lugar de suciedad y cenizas. ¡Él te hará libre!