A Punto de Tirar la Toalla
Hoy, me impresionó hablarles a aquellos que se están doblegando emocional e intelectualmente bajo una carga demasiado pesada para llevar. Las promesas de Dios no parecen estar funcionando para ti o tu familia. Has tratado de agradar a Dios; oras; realmente lo amas, pero ahora estás al final de tu fuerza y resistencia. Tus pruebas aumentan a medida que te aferras a tu fe. Te parece que Dios guarda silencio con respecto a ti.
Amado, no estás solo. Multitudes de personas piadosas están sufriendo de la misma manera, y Satanás susurra: “¡La Palabra de Dios no es verdad!”. Sabemos que es el devorador el que habla. No temas a los poderes del infierno. Anda a Job 19 y lee todo el capítulo. Job dijo: “Cercó de vallado mi camino, y no pasaré; y sobre mis veredas puso tinieblas. Me ha despojado de mi gloria, y quitado la corona de mi cabeza. Me arruinó por todos lados, y perezco; y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado” (Job 19:8-10).
Sin embargo, en medio de este ataque satánico, Job clamó: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí” (Job 19:25-27)
Cuando te sientas agobiado por tus pruebas, recuerda que Dios dijo: “Efraín es dado a ídolos; déjalo” (Oseas 4:17). No hay tribulaciones ni pruebas para esa tribu, pero tú no eres dado a los ídolos. Sigues siendo la niña de los ojos del Señor. Dios ve algo en ti por lo cual vale la pena trabajar y sabemos que: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?” (Hebreos 12:6-7).
No es agradable y duele, pero es el Padre salvándote para que su propia gloria se revele en los años venideros. Él nunca te ha amado más que ahora. ¡Anímate! Dios todavía te está hablando.