Reconociendo Enseñanzas Extrañas

Jim Cymbala

El otro día estuve hablando con una joven que había visitado otra iglesia que tiene un puesto en el vestíbulo donde la gente te da una profecía sobre tu futuro. Es como los adivinos, excepto que no tienes que pagar. Actúan como si la profecía fuera algo que puedes hacer automáticamente; el Espíritu no tiene que moverse sobre nadie, así que puedes profetizar sobre todos. Verás, lo que enseñan en este lugar es que eres un hijo de Dios, así que cualquier pensamiento que tengas en la cabeza debe ser el pensamiento de Dios. ¡Simplemente dilo!

Entonces esta joven se acercó a la cabina de profecía, y uno de sus “profetas” le dijo: “Eres una princesa de Dios, y no olvides que eres una princesa”. A todos les gusta escuchar cosas bonitas como esa. Esta persona no la conoce, no sabe si está viviendo en pecado o si es siquiera creyente.

Pedro se puso de pie frente a la primera audiencia de la iglesia y les dijo: “Arrepiéntanse. Crean en el Señor Jesucristo”. ¿Arrepentirse, como que debo cambiar? ¿Cambiar de actitud y vivir de manera diferente? Oh, es mucho más agradable que me digan que soy una persona de la realeza y que Dios me ama sin que yo tenga que cambiar.

La Escritura dice: “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia…” (Hebreos 13:9).

¿Sabes lo primero que ocurre cuando el Espíritu Santo obra? El arrepentimiento. Hay una nueva conciencia del pecado y un clamor de “Oh Dios, sálvame, límpiame”. Si las cosas son superficiales o no están en línea con las Escrituras, el Espíritu Santo está a miles de kilómetros de distancia. Todos los avivamientos han comenzado con personas que oran: “Examíname, oh Dios, y conóceme”. Jesús viene a traer convicción de pecado al mundo; eso incluye a los creyentes.

Sólo entonces vemos la gracia de Dios, y ésta nos da fuerzas. Se nos dice que la gracia, el favor de Dios, fortalece nuestros corazones. Pero primero debemos tener cuidado con las enseñanzas que no son bíblicas. ¿Cómo sabremos que son enseñanzas extrañas si no conocemos la Biblia? ¡Examinemos las Escrituras con atención para conocer la gracia de Dios!