Recordando la Obra del Señor
¡Qué rápido olvidamos las grandes liberaciones de Dios en nuestras vidas! ¡Con qué facilidad damos por sentado los milagros que él realizó en nuestras vidas! La Biblia nos dice una y otra vez: “Acuérdate de tus liberaciones”.
Somos tan parecidos a los discípulos. Ellos no entendieron los milagros de Cristo cuando él alimentó sobrenaturalmente a miles con solo unos pocos panes y peces. Jesús hizo este milagro dos veces, alimentando a 5000 personas una vez y 4000 la siguiente. Unos días después, Jesús estaba advirtiendo a los discípulos acerca de la levadura de los fariseos. Ellos pensaron que dijo esto porque ellos se habían olvidado de traer pan para el viaje. Cristo les respondió: “¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?” (Mateo 16:9-10).
Según Marcos, Cristo estaba abrumado por la rapidez con que sus discípulos habían olvidado. Jesús dijo: “¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” (Marcos 8:17-18).
¿Qué nos dicen estos pasajes? Está claro que ninguno de los discípulos se detuvo a considerar lo que estaba sucediendo mientras ocurrían esas alimentaciones milagrosas. Trata de imaginar a estos hombres caminando entre la multitud cargando sus canastas, repartiendo panes y peces que se multiplicaron milagrosamente ante sus ojos. Uno pensaría que esos discípulos habrían caído de rodillas llorando: “¿Cómo es esto posible? Es simplemente increíble. Está totalmente más allá de la explicación humana. ¡Oh, Jesús, verdaderamente eres el Señor!”. Los imagino instando a las personas a las que servían: “Toma, deléitate con comida milagrosa. Jesús la ha provisto”.
Los discípulos vieron estos milagros con sus propios ojos, pero de alguna manera no registraron el significado. De la misma manera, tú y yo olvidamos los milagros de Dios en nuestras vidas. Las liberaciones de ayer se olvidan rápidamente en medio de las crisis de hoy. Sin embargo, considera la exhortación de Moisés a Israel después del milagro del Mar Rojo: “Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto… pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte” (Éxodo 13:3).
Unámonos al salmista al decir: “Me acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos” (Salmos 77:11-12).