Tomando 18.000 Realmente En Serio
Según los investigadores, la gente abre la boca un promedio de setecientas veces al día. En esas setecientas veces, utilizarás un promedio de dieciocho mil palabras al día. Esas dieciocho mil palabras se traducen en unas cincuenta y cuatro páginas impresas. Eso significa que, en un año, una persona promedio llenaría sesenta y seis libros de ochocientas páginas cada uno. Cada año escribes con tus palabras sesenta y seis volúmenes que son más grandes que las novelas de Tom Clancy.
¡Son muchas palabras! Lo que lo hace aún más impresionante es que cada una de esas palabras importa. El Antiguo Testamento dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos” (Proverbios 18:21). La versión “Mensaje” de la Biblia, lo expresa de esta manera: “Las palabras matan, las palabras dan vida; son veneno o fruta, tú eliges”.
¿Es tan importante? Veamos qué dijo Jesús al respecto. “…Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:34-37).
Tú y yo seremos responsables de cada palabra ociosa que digamos, así que sí, definitivamente debemos tomar en serio nuestras dieciocho mil. Es un pensamiento aterrador, ¿no? Dios cree que nuestras palabras son tan importantes y pueden marcar tal diferencia en la vida de alguien que nos hace responsables de ellas.
Proverbios 12:25 nos dice: “La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra”. Así que aquí tienes un desafío: dale una buena palabra a alguien hoy. Envíalo por mensaje de texto, dilo, escríbelo. Elige tus palabras para que traigan vida.
Recientemente, mi familia y yo estábamos de viaje. Mientras estábamos sentadas juntas en el último vuelo, vi a mi hija menor escribir una nota de agradecimiento de cinco frases a la azafata. Quería dar vida con sus palabras. Una buena palabra puede convertir la ansiedad en alegría. Tus palabras tienen esa capacidad. ¡Haz algo útil con tus dieciocho mil hoy!