Un Derramamiento de Su Espíritu

Gary Wilkerson

Algunos cristianos afirman: “Cada generación tiene predicadores del fin del mundo. Siempre han dicho: ‘Este es el momento más vil de la historia’. Pero Satanás está continuamente derramando maldad. Nunca se detiene”.

Es cierto que el diablo no ha cambiado sus tácticas. La diferencia hoy es que está encontrando multitud de oídos más receptivos. Cuanto más terreno gana, más trata de reclamar para sí. Está fomentando un pensamiento más depravado, instando a quienes se oponen a Dios: “No es suficiente. ¡Tú quieres más!”.

Por favor, comprendan que las personas con mentes oscurecidas no son nuestros enemigos. No debemos juzgar a quienes siguen estilos de vida diferentes al nuestro. Debemos amarlos con el amor que nos ha mostrado Jesús, presentarles las mismas buenas noticias que necesitamos como pecadores que requieren perdón y salvación.

Por el Espíritu Santo, me imagino que ahogaremos los gritos del mundo con los nuestros: “¡No es suficiente! Debe haber más del Espíritu de Dios en nuestros corazones, más valentía para predicar sus buenas noticias, más rectitud para defender la justicia, más poder para romper el control que Satanás tiene sobre cada corazón que él domina”.

En un tiempo en el que Satanás ha oscurecido las mentes con engaños malignos, veremos surgir un testimonio. Todo corazón que tenga hambre de justicia, que sembrará lágrimas sobre un mundo quebrantado, será alimentado por el Señor mismo. Él llenará nuestras mentes con visiones gloriosas y nuestras bocas con palabras proféticas que nunca pensamos que éramos capaces de pronunciar. “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).

¿Despertarás tu espíritu para buscar a Dios y recibir más de su Espíritu, más lágrimas por un mundo quebrantado, más hambre de ver a Jesús obrar a través de ti? Quiero ser uno de los que dicen: “Lo que veo hoy no es suficiente. Lléname, Señor, úsame, obra a través de mí para hacer realidad tu reino por amor a tu nombre”. Confío en que te unas a mí para rogar por un derramamiento de su Espíritu como nunca. ¡Amén!