Un Derramamiento del Espíritu Santo
“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios” (Hechos 10:44, 46). Esto se está refiriendo de la casa de Cornelio.
Piénsalo: un Pentecostés privado que cae sobre una casa entera con todos allí elevados a los cielos. ¡Fue milagroso! Las alabanzas fueron emocionantes ya que todos los familiares y niños eran salvos y llenos del Espíritu Santo de Dios. Mientras tanto, aquí nos sentamos en el día del Espíritu Santo derramado, donde a menudo vemos poca o ninguna evidencia de su obra y presencia. Muchos de nuestros hogares cristianos están ahora bajo el control del espíritu del mundo en lugar del Espíritu de Dios.
Necesitamos recuperar la autoridad espiritual en nuestros hogares. Si un esposo y una esposa cristianos no están en total unidad, fluyendo juntos en el Espíritu y en el amor de Jesús, hay un peligro extremo por delante. Uno o ambos no están caminando en el Espíritu. Cuando ambos buscan a Dios en oración privada y devoción a Dios, el Espíritu obra sus maravillas. Donde mora el Espíritu Santo, hay reposo, paz, unidad, gozo inefable y victoria sobre el espíritu de este mundo.
Dios está haciendo algo nuevo en la tierra ahora mismo. El Espíritu Santo está separando un pueblo para el Señor. Para el pueblo de Dios, tener éxito no es tan importante como oír de él. Las casas, los terrenos, los muebles, los automóviles y la ropa han perdido su encanto para un pueblo que ahora ama apasionadamente al Señor de la gloria. ¡El Espíritu Santo ha venido a revelar a Cristo como el Salvador de nuestros hogares!
He visto dentro del mundo espiritual, y veo demonios huyendo. Veo potestades de las tinieblas temblando porque la verdadera iglesia de Dios, otrora un gigante dormido, ha sido provocada por el Espíritu Santo para sacudirse, levantarse y reclamar su lugar de poder y autoridad.
Familias enteras, iglesias y ministerios están siendo trastornados. Dios está diciendo: “¡Toma en serio las cosas espirituales y yo satisfaré todas tus necesidades!” El Padre está haciendo grandes cosas en todo el mundo, y podemos ser partícipes de su poderosa bendición.