Una Nueva Columna y Una Nueva Nube
“En aquel día el renuevo del Señor será hermoso y glorioso; y el fruto de la tierra será excelente y atractivo para los de Israel que hayan escapado” (Isaías 4:2).
A lo largo de todo el Antiguo Testamento, el renuevo que se menciona brotando no es otro que Jesucristo, el Señor de la gloria. Según Isaías, habrá una iglesia ante la cual él aparecerá hermoso, excelente y atractivo. Ella estará apasionadamente enamorada de un hombre al que consideran glorioso.
Ahora mismo, hay una iglesia remanente que no desea nada más que a Cristo. Él es el centro de atracción y la gente se concentra totalmente en él. Estos son a quienes Isaías se refiere como “los de Israel que hayan escapado”. De hecho, la iglesia de los últimos días que será llena de la gloria de Dios es más que simplemente una iglesia perdonada. Es una iglesia santa, una que ha sido purificada por el fuego consumidor de la Palabra convincente de Dios. La santidad y la pureza caracterizan a su pueblo. Isaías agrega: “El que quedare en Sion… será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes” (Isaías 4:3).
La mejor evidencia aquí de que Isaías se refiere a la iglesia de los últimos días se encuentra en el siguiente versículo. “Y creará Jehová sobre toda la morada… nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas” (Isaías 4:5).
Isaías predice que Dios creará una nueva columna y una nueva nube para cubrir a su pueblo. Sabemos que cuando Isaías profetizó esto, la columna y la nube en el desierto ya habían pasado. Obviamente, esto era algo que aún no se había creado.
La nube tiene que ver con dirección y consuelo, con preservación del mal y el terror, y con dirección. Esto significa que el pueblo remanente de Dios de los últimos días tendrá una dirección clara.
Dios está diciendo: “Te ayudaré a salir adelante. ¡Incluso en la peor tormenta, tendrás una dirección clara de mi parte porque te daré una columna de fuego para guiarte como hice con Israel en el desierto!”