Vísteme, Jesús

David Wilkerson (1931-2011)

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11).

 

Querido Jesús,

Tú me dijiste que resistiera al diablo, y él huiría de mí,

Pero no tengo resistencia.

Tú tienes todo el poder y la resistencia que necesitaré,

Así que dame el poder de resistir.

Tú me dijiste que podía mover mis montañas

Si tuviera fe como un grano de mostaza;

Sin embargo, mi montaña no se mueve

Aunque mi fe en ti es tan grande

Como puedo concebirla.

Tú hiciste los cielos y la tierra;

Por favor, mueve mi montaña.

Tú dijiste: “¡Huye de toda apariencia de mal!”

Así que corrí duro,

Pero el pecado me alcanzó

En mi mejor momento de esfuerzo.

Tú tienes poder

Sobre todo el poder del enemigo

Con milagros, señales y prodigios.

Líbrame de la trampa de Satanás.

Ni siquiera tengo fuerzas para ponerme toda la armadura,

Así que vísteme como mi escudero.

Haz por mí lo que sé que yo no puedo hacer por mí mismo.

 

“Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre” (Salmos 73:26).

“Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal” (2 Tesalonicenses 3:3)

“Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias” (Salmos 34:17).

“Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (2 Corintios 3:4-5).

“Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

“Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Salmos 91:15-16).

“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).