Yo Soy tu Galardón
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram” (Génesis 15:1). Este versículo básicamente significa que después de que Abram miró con temor a los enemigos que lo rodeaban, después de sentirse abatido por no haber hecho ningún progreso, la Palabra del Señor vino a él.
Lo primero que Dios le dijo a Abram fue: “No temas, Abram. Yo soy tu escudo, tu recompensa sobremanera grande”. En este único versículo, Dios nos ha dado el secreto de la mayor bendición que cualquier creyente pueda tener. El significado de escudo aquí en hebreo es "protector, defensor". Dios está diciendo: "Pelearé por ti y seré tu campeón".
El Señor le está diciendo a Abram: “Adelante, mira todos esos ejércitos que te rodean. Nadie puede tocarte porque yo soy tu protector. Confía tu vida y tu futuro en mis manos”. Además, este versículo nos dice que el Señor es mucho más que un escudo para nosotros. Él es también nuestra recompensa sobremanera grande. Dios le dice a Abram: “Tendrás a tu hijo, y él será un gozo para ti, pero yo seré quien satisfaga tus necesidades más profundas”.
Dios sabe todo acerca de la naturaleza humana. Él sabía que Abraham (como más tarde Dios lo llamaría) tendría un gran gozo cuando naciera su hijo. Entonces Abraham pudo decir: “¡Dios lo hizo! Me lo prometió y cumplió su palabra”. Sin embargo, Dios también sabía que Abraham no estaría totalmente satisfecho cuando naciera el niño. Él todavía seguiría sintiendo un hambre interior, una inquietud, una necesidad inexplicable que ningún ser humano podría satisfacer.
¿No es esto lo que nos sucede cuando finalmente conseguimos lo que tanto hemos deseado? Todo el tiempo pensamos: “Si tan solo pudiera conseguir esto, seré feliz. Hará que mi vida sea maravillosa y acabará con todos mis problemas”. ¡No, no lo hará! Sólo el Señor puede satisfacer plenamente nuestra necesidad más profunda.
Nuestro Sumo Sacerdote dice: “El secreto de mi bendición es que Yo soy lo que buscas. Yo soy tu respuesta, tu bendición y tu recompensa”.