Dios Puede Rescatarte
El apóstol Pedro nos dice: “Porque si Dios… no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé… trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza… poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot… sabe el Señor librar de tentación a los piadosos” (2 Pedro 2:4-9).
A pesar de la severidad de estos ejemplos, Dios está enviando un claro mensaje de consuelo a su pueblo, como diciendo: “Les acabo de dar dos de los más grandes ejemplos de mi compasión. Si, en medio de un diluvio que arrasa el mundo, yo puedo librar a un hombre justo y a su familia del caos… entonces, ¿no puedo librarte a ti también? ¿No puedo darte una vía de escape milagrosa?
La lección aquí para los justos es esta: Dios hará lo que sea necesario para liberar a su pueblo de las pruebas y tentaciones ardientes. Piénsalo: se tuvo que abrir el Mar Rojo para liberar a Israel de las garras de su enemigo. Se necesitó agua de una roca para salvar a esos mismos israelitas de su prueba en el desierto. Se necesitó pan milagroso, comida de ángeles literalmente enviada desde el cielo, para evitarles el hambre. Y se necesitó un arca para salvar a Noé del diluvio, y “escoltas de ángeles” para librar a Lot de la destrucción ardiente. El punto claro es que Dios sabe cómo librar a su pueblo; y él llegará a cualquier extremo para lograrlo, sin importar las circunstancias.
La frase de Pedro “Dios sabe cómo librar" significa simplemente: “Él ya ha hecho planes”. La maravillosa verdad es que Dios ya tiene planes para nuestra liberación incluso antes de que clamemos a él. Y él no se olvida de esos planes; él sólo espera nuestro clamor de ayuda. Podemos estar enredados en una lucha de porvida, preguntándonos cómo Dios nos librará, sin embargo, él está listo en todo momento para poner su plan en acción.
Vemos esto ilustrado en Jeremías 29, cuando Israel estaba cautivo en Babilonia. Esta fue quizás la prueba más grande que el pueblo de Dios haya experimentado, pero el Señor les prometió: “Después de setenta años, los visitaré y cumpliré mi Palabra”.
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). La última frase literalmente significa “darte lo que anhelas”. Dios quiere que sigamos orando para que estemos listos para su liberación.