DIOS TE LLAMÓ POR TU NOMBRE
“[El Señor] me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí” (Salmos 18:19).
¡Qué palabras maravillosas y tranquilizadoras! ¡El Padre se deleita en nosotros! En el caso de David, éste acababa de atravesar un período terrible de pruebas. Saúl había puesto una recompensa por su cabeza y David corría por su vida. Pero Dios vino rugiendo para rescatarlo y David pudo decir: “La razón por la cual Dios me libró de todos mis enemigos fue porque yo soy precioso para él. ¡Mi Dios se deleita en mí!”
Estos pensamientos hacen eco a lo largo de la Palabra: "Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia" (Salmos 147:11). Y nuevamente, “Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo” (149:4).
Puedo tratar de convencerte del deleite de Dios en ti diciéndote: “¡Eres valioso para el Señor!”. Puedes pensar: “Bueno, ese es un pensamiento encantador. ¡Qué dulce!”. Pero esta verdad es más que un pensamiento encantador. Es la clave para tu liberación de cada batalla que se libra en tu alma, el secreto para entrar en el reposo que Dios te ha prometido. Y hasta que eches mano de él y se convierta en una verdad fundamental en tu corazón, no serás capaz de resistir lo que está por venir en este tiempo perverso.
“No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:1-2).
En este momento, puedes estar atravesando aguas profundas y temes ser destruido. Pero entiende por su Palabra que Dios no siempre calma las aguas ni evita que lleguen las inundaciones. Y él no siempre apaga los fuegos. Pero él sí promete que él caminará contigo a través de todo ello.