Dios Tiene Todo Bajo Control
El mundo entero está temblando ahora mismo por el estallido del terror y las calamidades que están sucediendo en toda la tierra. Todos los días nos despertamos para enterarnos de otro desastre. Algunos observadores dicen que estamos presenciando el comienzo de la Tercera Guerra Mundial.
Los inconversos se están convenciendo de que no quedan soluciones, que todo se está convirtiendo en un caos porque no hay un “gobierno que todo lo vea”. Pero el pueblo de Dios lo entiende distinto. Sabemos que no hay razón para temer, porque la Biblia nos recuerda una y otra vez que el Señor tiene todo bajo control. Nada pasa en el mundo sin su conocimiento y gobierno.
El profeta Isaías declara al mundo: “Acercaos, naciones, para oír; y escuchen ustedes! Oiga la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todo lo que de él sale” (Isaías 34:1). Él está diciendo: “Oigan, naciones, y denme oído. Quiero decirles algo importante sobre el Creador del mundo”.
Isaías afirma que cuando la indignación de Dios se levanta contra las naciones y sus ejércitos, es el Señor mismo quien los entrega al matadero. “He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas… Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada… Él [Dios] está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas… Entonces, ¿con quién me compararéis? (Isaías 40:15, 17, 22, 25).
Debemos saber que hay un mapa en el cielo, un plan que nuestro Padre ha trazado para el curso de la historia. Y él conoce el final desde el principio. A medida que este plan se haga realidad, creo que debemos hacernos esta pregunta: “¿Dónde está enfocado el ojo del Señor en todo esto?” El ojo de Dios no está enfocado en los dictadores del dios de hojalata del mundo o sus amenazas.
Las Escrituras nos aseguran que las bombas, los ejércitos y los poderes de estos hombres salvajes no son nada para el Señor. Él se ríe de ellos como meras motas de polvo; y pronto los hará volar a todos (ver Isaías 40:23-24).
Recuerda, tú sirves a un Dios que tiene todo bajo control y puedes confiarle todas las cosas.