DOS SIMPLES PAUTAS PARA DEPENDER DE DIOS
No hay una fórmula para vivir en total dependencia del Señor, pero hay pautas simples que puedes considerar. En primer lugar, debes estar convencido de que el Señor está ansioso y dispuesto a hacer que tú conozcas su voluntad, incluso en los detalles más pequeños de tu vida. El Espíritu Santo que permanece en ti conoce la voluntad de Dios para ti y él te guiará, te conducirá y te hablará.
“Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad ... El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-14). Jesús nos está diciendo que el Espíritu Santo nos transmitirá la mente y la voluntad de Dios. “Al oír la voz de tu clamor te responderá ... tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él” (Isaías 30:19, 21).
Puedes estar en medio de una aflicción o sufrimiento como resultado de una decisión apresurada. El Señor te promete: “Tu oído interno oirá a mi Espíritu diciéndote: Vé por ese camino. Haz esto. No hagas aquello”.
Segundo, debemos orar con una fe inquebrantable por el poder para obedecer la dirección de Dios. La Escritura dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:6-7).
Cuando Dios nos dice que hagamos algo, necesitamos el poder para mantener el rumbo y obedecerlo completamente. Satanás y la carne siempre sembrarán dudas y preguntas; y necesitamos fuerza del cielo para no decir “sí” a una situación a la que Jesús ha dicho “no”.
Cuando no estés seguro de reconocer la voz de Dios, acércate a él con fe. Orar, rogar, llorar no son suficientes si no crees que el Espíritu Santo te va a guiar. Dios no engaña a su pueblo y él hará que su voluntad te sea clara cuando lo busques.