DURANTE CADA PRUEBA

David Wilkerson (1931-2011)

Tomamos la decisión de vivir nuestras vidas llenos de temor y preocupación o con confianza en Dios. Si dejamos que una cosa nos preocupe hoy, mañana serán dos cosas las que nos preocuparán. En resumen, nuestros temores continuarán creciendo a medida que vengan las oleadas de problemas. Y entonces, si nuestros temores no son controlados, nuestra mente preocupada continuará descendiendo a un pozo sin fondo.

Simplemente debemos convencernos de que somos amados por nuestro Padre celestial, sin importar cuán feroces sean nuestras pruebas. Podemos escuchar voces de miedo clamando en medio de las crecientes oleadas de problemas, pero David ha testificado claramente: “La voz de Dios es oída por encima del diluvio” “Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre” (Salmos 29:10).

Cuando vienen las inundaciones devastadoras de la vida, las personas experimentan un “eclipse de fe”. Los testimonios que he escuchado; todos tienen algo en común: Una noche oscura del alma. Con los años me he convencido de que cada fiel siervo de Cristo se enfrenta a una crisis de este tipo en un momento u otro. He hablado con aquellos que describieron un período en el que todo parecía estar bajo una nube de oscuridad y la voz de Dios estaba callada. Hicieron todo lo que sabían para tratar de escuchar del cielo, pero la oscuridad solo continuaba.

Es justo en esos momentos, que las Escrituras dicen que debemos conocer y creer en el amor que Dios tiene por nosotros. Cuando nuestro mundo se torna al revés, nos volvemos más vulnerables a las mentiras del enemigo. Satanás intentará usar nuestras crisis para llevarnos al abismo de la desesperación. Durante esos momentos es vital que recurramos a nuestro conocimiento del amor de Dios por nosotros.

En mi vida, he tenido muchas pruebas arrojadas hacia mí. Y esta es la única verdad que me ancló en todo: Dios me ama en todo momento, durante cada prueba de la vida.