EL CÁNTICO DE LIBERACIÓN

David Wilkerson

El pueblo de Dios estaba en el Mar Rojo atascado en la desesperación. En ese momento, ¡cuánto debe haber anhelado el Señor que alguien como Gedeón se levantara en ese campo lleno de temor y recordara la fidelidad que tuvo Dios en el pasado! Algunas generaciones más adelante, Gedeón tenía solamente un pequeño escuadrón de trescientos hombres contra todo un ejército. Con todo, él gritó en fe antes de la batalla (ver Jueces 6 y 7). Como ves, en lo que concierne al Señor, el tiempo para estar en pie es en el momento más oscuro. Es cuando todo luce sin esperanza, cuando parece que no hay salida, cuando sólo Dios puede salvar y liberar. La situación de Israel en el Mar Rojo fue establecida por Dios como una experiencia de aprendizaje para ellos, un momento para construir su fe. Porque la fe, en realidad, no es ser probado cuando todo va bien

¡Si sólo Israel hubiera recordado los milagros que Dios había hecho por ellos en Egipto! ¡Si tan sólo hubieran confiado en Su palabra, de que Él los llevaría en Sus brazos como un padre lleva a su hijo! ¡Si sólo unos pocos hubieran comenzado una canción de adoración, la misma canción que más tarde cantaron al otro lado! Si tan sólo el pueblo hubiera confiado en el Señor, gritando: "¡Él es mi fortaleza! Mi Dios triunfará, ¿quién es semejante a Ti, oh Señor?", dime, ¿qué habría pasado?

Ellos habrían establecido una fe fuerte y permanente en Dios, una fe probada y demostrada a través del fuego de su crisis. Su fe habría emergido tan inquebrantable que los habría llevado a través de todas las dificultades del viaje del desierto que venía por delante. Ellos habrían tenido un fundamento de fe sobre el cual edificar. Y con el tiempo, habrían aprendido a alabar con confianza a Dios en todas las circunstancias, con una fe tan fuerte que el mismo infierno se habría estremecido.

La gran necesidad en esta presente hora, es de cristianos que hayan aprendido a cantar el cántico de liberación mientras están siendo probados.