El Clamor de Tu Corazón
Los israelitas gimieron bajo el peso de la esclavitud y sus clamor de ayuda se elevó a su Padre en el cielo. La respuesta de Dios a ellos debe fortalecer nuestra fe y aumentar nuestra confianza en él: "Oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó" (Éxodo 2:24). La palabra “se acordó" aquí significa que Dios estaba a punto de traer la realidad de sus promesas delante de sus vidas y sus deseos para ellos se iban a manifestar. “Miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios” (2:25). Aunque Israel estaba en cautiverio, las realidades prometidas por Dios estaban a su alcance.
Las promesas que Dios nos ha dado a través de Jesús - libertad de la servidumbre y la esclavitud del pecado - están más allá de cualquier cosa que podamos pensar o imaginar. Él nos ha colocado a su lado en los lugares celestiales y nos ha dado nuestra identidad en él. Si estas increíbles promesas no fortalecen nuestra confianza, hay algo mal en nuestra visión de Dios. No estamos viendo su gloria tan plena y claramente como deberíamos.
No se requiere una teología compleja para que Dios te responda. Todo lo que necesitas es el simple clamor de tu corazón: "Señor, te pido ayuda porque tu Palabra promete que me librarás de mis enemigos y me darás la salvación y la victoria en Cristo”.
La primera promesa de Jesús para nosotros es la vida abundante: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Esto significa vida desbordante, corrientes de agua viva que se derraman sobre la ribera del río de nuestra alma. Su segunda promesa es el dominio sobre el pecado, Satanás y la muerte. ¡Estos ya no reinan sobre nosotros porque Jesús lo hace! “El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14). Él ha puesto el poder mismo de su Espíritu en nuestros corazones, dándonos la victoria sobre el pecado y llenándonos de una fortaleza de gozo.
La obra del Espíritu Santo nos permite decir: “Él me hizo santo, irreprensible y sin mancha delante de él. Soy inseparable de su amor; por lo tanto, soy más que un vencedor contra cualquier arma que Satanás quiera usar en contra de mí".