EL COMIENZO DE SU MINISTERIO
En Juan 2, Jesús entra al templo y realiza una acción que marcará el comienzo de su ministerio público. (El milagro que realizó antes en Caná, convirtiendo el agua en vino, no era una declaración pública.) Lo que ocurre después es bastante dramático:
“Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.” (Juan 2:13-17).
Lo que Jesús hizo aquí fue más que radical. Si tu quisieras anunciar tu ministerio..¿Irías a una mega iglesia y comenzarías a dar vuelta las mesas y a echar a la gente? Jesús estaba dispuesto a algo más que solo mostrar su autoridad, estaba demostrando que estaba a punto poner las cosas al revés en todos los sentidos.
Todo esto ocurrió durante la temporada de Pascua. En la primera Pascua, las familias judías tenían que matar un cordero como sacrificio ritual, drenar la sangre y aplicarla en el marco de la puerta de su casa. La idea era que cuando el ángel de la muerte llegara y viera la marca de la sangre en la puerta, pasaría por sobre esa casa. Era un acto simbólico que recreaba la liberación de Dios al salvar a Israel de Egipto, cuando liberó a su pueblo de toda esclavitud.
Ahora Jesús entraba en escena como el Cordero de Dios cuyo sacrificio proporcionaría nuestra liberación de la maldición del pecado. Juan el Bautista era consciente de esto, ya habiendo declarado de Él: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). En menos de tres años, el mundo contemplaría la obra terminada de Cristo cuando el pecado de toda la humanidad fue puesto sobre él.