EL DESTRUYE LOS PODERES DE LAS TINIEBLAS
Mientras Jesús estaba enseñando en la sinagoga, un hombre poseído con un espíritu maligno clamó: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos?” (Lucas 4:34).
Observa la pregunta: “¿Has venido para destruirnos?”. Ahora si podemos decir que somos victoriosos, porque Jesús no solo interviene, sino que destruye.
Soy muy bendecido al leer la palabra “destruye” en este texto porque si alguien solamente interviene en algo, mi miedo es que ese algo pueda volver. ¿Alguna vez te ha pasado que algo se vaya y luego vuelva? El año pasado por estas fechas dije que iba a bajar 20 libras. Pues bien, perdí ese peso, pero luego no solo lo recuperé sino que gané 5 libras más. Así que para mi, intervenir no es suficiente. Necesito que aquello sea destruido, ¿Y tu?
Gracias a Dios que él interviene, pero la mayoría de nosotros nos gozamos de que él destruye las obras del enemigo. Jesús dijo: “Yo vine a destruir las obras del enemigo”. Si todo un plan fuese escrito en contra tuya en lo mas profundo del infierno, él no solo va a interferir con aquello, como tachando un punto de una lista, sino que tomará ese plan, y lo arrojará dentro del fuego. Satanás preguntará: “¿Qué hiciste con mi plan, mis intenciones de destruir la vida de esa persona?”
“El hijo de Dios vino a destruir las obras del enemigo” (Ver 1 Juan 3:8)
Jesus destruye aquello que pretendía destruirte a ti. ¿Lo sabías? Él está ahí para destruir los poderes de las tinieblas en tu vida.