EL DIA DE NUESTRA CORONACIÓN
El temor no es compatible con todas las relaciones maravillosas que el Señor ha proclamado en su amor por nosotros. A través de las Escrituras, él describe todas las facetas de su relación con nosotros:
- Él es nuestro padre, nuestro hermano, nuestro amigo
- Nuestro novio, nuestra cabeza, nuestro esposo.
- Nuestro abogado, nuestro pariente redentor.
- Nuestro proveedor, nuestro refugio, nuestro pastor.
Dios ha establecido todas estas gloriosas relaciones con nosotros a través de la cruz y ahora está instándonos a saber: "Esto es lo que yo soy para ti."
¿Piensas que Dios repentinamente va a borrar todas estas relaciones con su pueblo en el día del juicio? ¡Nunca! ¿Cómo podría un padre rechazar su descendencia a la hora de hacerse responsable de su hijo? No, aún mientras el libro de la vida esté siendo abierto, él todavía será tu padre, tu abogado, tu intercesor. ¡Nada puede quitarte esa relación!
El temor no puede estar presente el día de tu restitución y coronación.
“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Salmo 103:10, 12).
Nuestras mentes no pueden dimensionar cuán lejos está el este del oeste. Y ese es el punto de Dios en este versículo: Él ha quitado nuestros pecados más allá de nuestra capacidad de volverlos a recordar.
¿Por qué llamo al día del juicio de Dios nuestro día de coronación? Porque Isaías dice de ese día:
"Como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo" (Isaías 62:5).
Cuando estés de pie ante tu Señor, entonces reconocerás sus ojos de amor para contigo.