El Fracaso No Es el Final
Pedro es un ejemplo clásico de un creyente que fracasó y luego volvió a levantarse y disfrutó de un gran éxito. Justo antes de la crucifixión, él negó a Jesús tres veces (lee el relato en Marcos 14:66-72). En un momento en el que tuvo una gran oportunidad de honrar a Cristo, literalmente lo negó. Pero después de la resurrección, Pedro tuvo un encuentro personal con Jesús, el cual inspiró vida nueva y energía a su ministerio.
“Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael… y otros dos de sus discípulos” (Juan 21:1). Pedro había experimentado el ver la tumba vacía de Jesús, después de la resurrección. Y luego vio a Jesús atravesar paredes, vio como Tomás el que dudó se convirtió en Tomás el que creyó; y vio que Jesús hizo muchas otras señales (ver Juan 20). El encuentro de Pedro con Jesús terminó cuando Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:17). Fue completamente perdonado, restaurado y conducido a predicar con valentía.
El fracaso es parte de la vida. Todos lo experimentan, pero no todos se levantan después. Siempre recuerda esto, sin embargo; el fracaso no es definitivo hasta que tú renuncias. El patinador estadounidense retirado y medallista de oro olímpico Scott Hamilton tuvo una educación cristiana pero, por su propio testimonio, dejó que Dios se fuera de su vida. En respuesta a mucha oración, tuvo un resurgimiento de fe y una relación renovada con Cristo. Él habla del fracaso de esta manera: “Una vez calculé cuántas veces me caí durante mi carrera de patinaje. Fueron 41,600 veces. ¡Pero me levanté 41,600 veces!” Eso es exactamente lo que todos debemos hacer cuando caemos: ¡levantarnos!
David dice: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano” (Salmos 37:23-24). Salomón dice: “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse” (Proverbios 24:16).
Como creyente, Dios constantemente te ve como justo, en tus días buenos y en tus días de caída. Lo más importante es que has nacido de nuevo en su familia y tienes una relación de confianza con tu Padre, quien te abraza amorosamente.
Tim Dilena pastoreó durante 30 años en Detroit y luego en la ciudad de Nueva York en el Tabernáculo de Brooklyn. En la actualidad, el pastor Tim, su esposa Cindy y sus 4 hijos, pastorean en Lafayette, estado de Luisiana, Estados Unidos.