EL NACIMIENTO DE LA IGLESIA
La iglesia cristiana nació a través del poder del Espíritu Santo. Al leer el libro de los Hechos y las epístolas del Nuevo Testamento, vemos una imagen de la iglesia primitiva tal y como Dios quería que fuera. "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones." (Hechos 2:42).
Eran una comunidad de creyentes que con libertad amaban a la Palabra de Dios y estaban dedicados a la enseñanza de los apóstoles. Nadie necesitaba insistirles ni coaccionarlos para que amaran la Palabra. En cambio, los inspiraba el Espíritu dentro de ellos. El mismo Espíritu que escribió la Biblia creó un apetito en ellos por lo que ésta decía. Compartían unos con otros el profundo amor que el Espíritu había puesto en sus corazones. Además, se convirtieron en testigos valientes de Cristo, llenos de una sabiduría que iba más allá de su instrucción. Sus corazones estaban llenos del Espíritu Santo y experimentaron sorpresas mientras Dios hacía cosas que nadie podía prever.
El Espíritu Santo no solo había sido enviado a la tierra, sino que además actuaba en su pueblo y a través de este, demostrando su poder para glorificar a Cristo. La iglesia primitiva lo experimentó moviéndose en sus corazones y en sus vidas. Debido al ambiente hostil que los rodeaba, ellos regresaban una y otra vez a Dios para obtener un suministro fresco del Espíritu Santo, y eran lo suficientemente sabios como para rendirse a su dirección. ¿Se mueve el Espíritu Santo así en nuestras vidas? ¿Y en nuestras iglesias?
A veces me pregunto si los primeros cristianos vivieran hoy, ¿Reconocerían siquiera eso a lo que llamamos cristianismo? Nuestra versión es más suave, casi completamente intelectual por naturaleza y carente del Espíritu Santo que la iglesia primitiva experimentaba con regularidad. ¿Cuánta pérdida sufrimos porque no esperamos que el Espíritu se muestre como se prometió? Todo lo que leemos acerca de la iglesia en el Nuevo Testamento se centraba en el poder del Espíritu Santo obrando en los corazones de los creyentes cristianos. Tristemente, para muchos de nosotros esta no ha sido nuestra experiencia.
Creo que es hora de regresar al tipo de fe que vemos en la iglesia del Nuevo Testamento. Ellos creían en la Palabra de Dios, esperaban que el Espíritu hiciera grandes cosas y Él hacía lo prometido.
Hoy, él hará lo mismo por nosotros.
Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.